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Ashtanga Yoga de Patanjali: Niyamas

Los Niyamas son el segundo paso del Ashtanga Yoga de Patanjali, son cinco aspectos en nuestra conducta que debemos cultivar, para tener una relación adecuada con nosotros mismos, en equilibrio y armonía. Se trata de la disciplina personal.

Estos Niyamas son cinco:

SAUCHA: purificación.

Este niyama nos habla de tratar de ser lo más puros posible, entendiendo algo puro como “ausente de egoísmo o de ego”. La purificación en el Yoga hace referencia a variados aspectos, desde la higiene del cuerpo hasta nuestro comportamiento. Como todos sabemos, la higiene corporal es básica para mantener una salud apropiada en nuestro cuerpo físico, pero el tipo de higiene que este Niyama propone es un poco más profunda, pues hace referencia al cuidado básico diario del cuerpo, pero también a su desintoxicación. Los alimentos, el ritmo diario de la vida en la actualidad, la falta de naturalidad en los alimentos, procesados sobre todo, etc. hacen que nuestro organismo se llene de toxinas, por lo que estamos obligados, para tener una salud adecuada, a incidir en mantener lo más puro posible nuestro cuerpo, el vehículo donde podemos expresarnos debe de ser lo más vital posible! Hoy en día contamos con mucha información acerca de detox, dietas de purificación, etc. Y sobre todo, referente a este tema, la ciencia del Ayurveda propone una completa gama de cuidados para la persona en función de su constitución, física y psíquica.

Pero además, esta pureza de la que se nos habla, debemos de llevarla más allá, por ejemplo en nuestros pensamientos. La mente reproduce pensamientos durante todo el día, todos los días! Lo cual implica que estamos escuchando lo que dice veinticuatro horas al día. Debemos esforzarnos porque esos pensamientos sean lo más equilibrados posible, positivos y resolutivos; de nada nos sirven aquellos pensamientos que nos entierran, que no aportan solución y que nos hacen sentir mal. Debemos esforzarnos por deshecharlos, aprendiendo a pensar adecuadamente. Como todo, el trabajo mental se puede entrenar, con la práctica continuada de Yoga esto termina por ser no solo posible, sino un hábito.

Nuestro lenguaje, lo que permitimos que se exprese de nosotros, también debe de ser refinado. Hay un proverbio árabe que dice “si lo que vas a decir no es bello, mejor guarda silencio”.

Nuestras acciones, también deberán ser lo más sátvicas posible, esto significa, lo más armónicas y equilibradas que podamos. Tomar la acción justa y necesaria, nos guste o no llevarla a cabo.

SANTOSHA: contento, contentamiento o alegría.

Se nos invita mediante santosha a estar contentos y satisfechos en nuestra vida y con nosotros mismos. Observar y darnos cuenta de que la vida nos trae aquello que necesitamos para nuestra propia evolución; esto no significa que muchas cosas nos gusten, pero hay que observar que si están en nuestra vida, están porque son necesarias, nos guste o no, nos llevarán a aprender algo, a tomar conciencia, a crecer y evolucionar; quizá no somos conscientes de esto durante un tránsito o periodo de malestar, pero pasado un tiempo, quizá recogemos la esencia y agradecemos la situación, porque fue la semilla de algo positivo. Por tanto, alegría ante la vida y aceptación de lo que ésta trae, son fundamentales para tener una vida en plenitud y sin queja. Esto no significa resignación, ya que esto sería pasividad, significa no quejarse y aprender de aquellos momentos desagradables para salir de ellos de la mejor manera posible y sobre todo con más conciencia.

Pero ¿qué ocurre si nuestra vida está bien, sin altercados? Estupendo, también aquí hay un trabajo, el agradecimiento diario nos lleva a ser conscientes de ese contento interno, de la alegría, por tanto también debemos cultivar santosha en estos momentos de plenitud.

Se dice que una de las características del alma es la alegría, así que si queremos acercarnos a ella, debemos hacerlo desde lo semejante, alegres.

Tapas, es disciplina, el fuego que enciende la práctica y transmuta, transforma.

El sistema del Yoga nos enseña una serie de pasos y técnicas para la autorealización, que no es otra cosa que el Samadhi o el estado de superconciencia, la Meta, el Ser, y el dejar de aparentar ser.

El practicante que de corazón desee realizar el yoga en su interior, tiene como importante misión autodisciplinarse mediante las prácticas de yoga, y realizarlas desde un enfoque interno, no desde cualquier punto. Este enfoque se refiere a utilizar las prácticas de yoga para crecer internamente y ser un yogui. Las prácticas no están diseñadas para mejorar nuestro cuerpo, aunque lo mejoren, ni para refinarnos o adquirir una personalidad magnética, aunque lo hagan. Debemos practicar con el firme propósito del que nos habla el yoga, practicar teniendo siempre presente en la mente la meta a alcanzar: el yoga; y no otros aspectos mundanos.

Aquí entra donde se establecen distintos tipos de practicantes, quienes entran por moda, por relajarse, por hacer algo, o por una búsqueda espiritual, entre otros muchos motivos. En este camino, se plantea la novedad, el aburrimiento, la monotonía, el me gusta o no me gusta, el soy flexible o no lo soy, y todas las divagaciones mentales que conocemos y que sabemos ya que nos juegan una mala pasada. Solo el compromiso firme de lo que quieres alcanzar, saber qué vas a conseguir con la práctica, conocer hacia donde te dirges con ella, serán pilares firmes para mantener esa disciplina en los momentos de flaqueza, que los habrá.

Practica todos los días, es imprescindible en este camino. Practica te guste o no, si has decidido tomar el camino del yoga. Practica y se disciplinado, al menos un tiempo, para poder evaluar lo que esta ciencia ha transformado en tí, y desde ahí, decide, ¿sigo practicando?.

SVADHYAYA: estudio de los textos sagrados.

Es básico y fundamental el estudio de textos sagrados y milenarios, que encierran el secreto de las verdaderas prácticas de yoga. Cuando realizamos prácticas con nuestro cuerpo físico, la apariencia, lo que se ve, es sólo físico, pero la verdadera transformación ocurre en el interior. Mientras realizas ejercicios, algo sutil se está transformando en tí, pero lo sutil, lo sabemos, es menos vistoso.

Tener presente la meta que queremos alcanzar, a donde queremos ir, cómo debemos hacerlo, qué dificultades se presentan, cómo superarlas, etc. es básico para que nuestro camino se desarrolle con éxito. Si no sabemos hacia donde vamos, para qué practicamos, ni a qué nos llevará, es fácil perderse por el camino, abandonar o confundirse.

Además, los textos sagrados, el conocimiento de los Maestros, y de aquellos que han alcanzado metas en el camino del yoga, pueden conducirnos y guiarnos, dar Fé de lo que estamos practicando, del camino y de sus formas, y pueden enseñarnos que, más allá de nuestro “mundo mundano” existe un maravilloso mundo espiritual y sutil, para aquellos que transiten el camino.

Algunos de los textos básicos y fundamentales en el sendero del yoga son: el Bhagavad Gita, los yogasutras de Patanjali, el hatha yoga pradipika, samkhya karika o el gheranda samhita.

ISHVARA PRANIDHANA: la entrega.

En todas y cada una de las prácticas de yoga, se debe de tener en cuenta este precepto: practicar para realizar al Ser, a nuestro Ser. Por tanto, antes y después de cada práctica, se invoca el Om, el sonido primigenio, el sonido del Ser.

Cada vez que realices una práctica, ten presente esto: lo entrego al Ser, practico para realizar al Ser, para realizar la verdad en mí, me olvido de otras partes que en mí mejoran, como la espalda, el cuerpo o la calma interna. Hago lo que tengo que hacer me guste o no, quiera o no, vea o no los beneficios, etc. Practico y le entrego mi práctica a lo más divino que hay en mí, a lo más sutil y real, al Ser.

Om Shanti.